Histórico: el Concejo Deliberante tratará la primera iniciativa popular para cambiar el nombre de la terminal Néstor Kirchner

Por primera vez desde la sanción de la Carta Orgánica Municipal, el Concejo Deliberante deberá tratar un proyecto ingresado mediante iniciativa popular

Histórico: el Concejo Deliberante tratará la primera iniciativa popular para cambiar el nombre de la terminal Néstor Kirchner
  • Javier Barletta

Histórico: el Concejo Deliberante tratará la primera iniciativa popular para cambiar el nombre de la terminal Néstor Kirchner

Cómo se llegó a este punto

De acuerdo con la Carta Orgánica, para que un proyecto sea considerado iniciativa popular debe reunir el apoyo de al menos el 2% del padrón electoral, lo que equivale a unas 500 firmas certificadas.

En este caso, el grupo promotor no solo cumplió, sino que superó el requisito: según el presidente del Concejo Deliberante, Javier Barletta, el conteo preliminar indica entre 600 y 670 firmas. Esto garantiza que el tema ingrese formalmente a las comisiones legislativas para su análisis.

“Creo que hay que tratarlo enseguida, porque no tiene sentido seguir teniendo este proyecto que hace tanto tiempo se viene hablando”, expresó Barletta.

Un proceso con pasos claros

Antes de llegar al recinto, la normativa exige un proceso de validación. Durante diez días, se revisarán las planillas para constatar que cada firmante esté efectivamente inscripto en el padrón y que los datos coincidan con la documentación presentada.

Si bien existe la posibilidad de que cualquier vecino impugne firmas que considere inválidas, Barletta se mostró confiado en que el trabajo realizado por la junta promotora fue prolijo y responsable.

La ordenanza establece que, una vez validado el expediente, el Concejo tiene un año como máximo para tratar el proyecto, y a diferencia de otras iniciativas, su tratamiento es obligatorio.

Un hecho inédito en la ciudad

Este será el primer caso de iniciativa popular que llega al Concejo en el marco legal previsto. Aunque en el pasado hubo presentaciones de vecinos para cambiar nombres de calles u otros asuntos, nunca se había seguido este procedimiento formal.

Barletta destacó que el mecanismo fortalece la democracia local, ya que permite a la ciudadanía actuar como “legislador” y obligar al cuerpo a pronunciarse.

“Me parece muy sano, muy democrático, y tengo la obligación de darle a los ciudadanos las herramientas para ejercer ese derecho”, afirmó.

La dificultad de reunir firmas presenciales

Uno de los mayores retos para los organizadores fue el requisito de recoger las firmas en persona en la Secretaría del Concejo o en una escribanía. Este paso, pensado para garantizar la autenticidad de las adhesiones, implicó un esfuerzo logístico importante.

Según Barletta, esta exigencia busca que las personas firmen de manera consciente y no como un mero trámite. “No es lo mismo pedirle a alguien que firme en la calle que pedirle que se acerque voluntariamente al Concejo”, sostuvo.

Qué viene ahora

Si no surgen impugnaciones, el proyecto ingresará formalmente a mediados de septiembre. Luego pasará a la comisión correspondiente y, en última instancia, se debatirá en el recinto.

Barletta anticipó que, desde su punto de vista, el tratamiento debería ser rápido, ya que se trata de una cuestión de definición política y no de un estudio técnico complejo.

Más allá del resultado, este caso marcará un precedente en la participación ciudadana y podría abrir la puerta a futuras iniciativas populares sobre distintos temas de interés comunitario.

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