La caída del consumo se consolida como el principal freno para los supermercados

La caída del consumo se consolida como el principal freno para los supermercados

La falta de demanda aparece como el obstáculo más importante para el crecimiento del sector supermercadista en la Argentina. Así lo indica un relevamiento oficial del Indec, en el que el 55% de los empresarios consultados señaló a la debilidad del consumo como la principal limitación para aumentar su nivel de actividad.

El dato no solo confirma una tendencia persistente, sino que además muestra un deterioro respecto del trimestre anterior, cuando ese porcentaje había sido del 54,2%.

Desde que el organismo estadístico comenzó a realizar este tipo de encuestas, en 2020, la falta de demanda siempre fue un factor relevante. Sin embargo, hasta 2023 se mantenía en torno al 40% de las respuestas.

El cambio se produjo a partir del año pasado, cuando el indicador se ubicó de manera sostenida por encima del 50%, reflejando el impacto de la pérdida de poder adquisitivo y la retracción del consumo masivo en los hogares.

Este escenario explica la cautela generalizada del sector, que enfrenta dificultades para expandir ventas aun en un contexto de mayor estabilidad macroeconómica, debido a la persistente debilidad del mercado interno.

Los costos laborales se ubican como la segunda preocupación del sector

En segundo lugar, los supermercadistas identifican a los costos laborales como un factor que limita su capacidad de crecimiento. Según el informe del Indec, el 23,8% de los empresarios señaló este aspecto como uno de los principales obstáculos para incrementar la actividad comercial, muy por detrás de la falta de demanda, pero claramente por encima de otras variables.

Más lejos aparece el costo del financiamiento, que quedó relegado al tercer puesto entre las preocupaciones del sector. Este orden de prioridades muestra que, más allá del contexto financiero, los supermercados están más condicionados por la combinación de ventas estancadas y gastos operativos elevados, especialmente en lo referido al empleo.

En este marco, uno de cada cinco empresarios (20%) anticipa que podría verse obligado a reducir personal en los próximos meses, mientras que el 73,8% sostiene que mantendrá sin cambios su plantilla. El dato refleja una postura defensiva, con foco en la supervivencia y el control de costos antes que en la expansión.

Expectativas moderadas y cautela frente a precios y abastecimiento

Las perspectivas para los próximos meses muestran un panorama de moderado optimismo, aunque dominado por la prudencia. El 35% de los supermercadistas espera que la situación mejore, mientras que la mayoría, un 57,5%, considera que el escenario se mantendrá sin cambios. Solo un 7,5% cree que el contexto podría empeorar.

En línea con estas expectativas, el 58,8% de los empresarios anticipa que los pedidos a proveedores se mantendrán estables, aunque un 23,8% estima que el nivel de abastecimiento podría caer.

Esta previsión refuerza la idea de un sector que se prepara para operar con volúmenes similares a los actuales, sin señales claras de recuperación del consumo.

En cuanto a los precios, el 51,3% considera que aumentarán en los próximos tres meses, mientras que el 46,3% cree que permanecerán sin cambios.

El dato refleja la persistente incertidumbre sobre la evolución de los costos y la inflación, en un contexto donde los supermercados enfrentan el desafío de ajustar precios sin profundizar la retracción de la demanda.

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