Marcos Juárez, cultura y producción: una ciudad que se proyecta al país

Una identidad cultural que trasciende gestiones

Marcos Juárez no construyó su identidad cultural de un día para otro. A lo largo de su historia, la ciudad se consolidó como un referente cultural del interior de Córdoba y del país, más allá de los cambios de gestión y coyunturas políticas. Así lo entiende el secretario de Cultura, Marcos Montechiari, quien remarca que el rol del Estado no es competir, sino potenciar lo que ya existe.

“Nuestro rol en la Secretaría es justamente aceitar un poco los mecanismos y colaborar sin molestar, sin competir y sin destruir lo que el privado hace”.

Desde esta mirada, la gestión cultural se apoya en una materia prima rica y diversa: artistas, deportistas, emprendedores y una comunidad que participa activamente cada fin de semana de la vida cultural de la ciudad.

Un modelo de gestión que potencia lo existente

La Secretaría de Cultura funciona como un espacio de articulación. Direcciones como Deportes o los talleres culturales ya cuentan con identidad propia y una dinámica consolidada, lo que permite pensar la cultura como un ecosistema integral.

Montechiari destaca que el desafío no es empezar de cero, sino acompañar procesos que ya tienen vuelo propio, fortalecerlos y proyectarlos a mayor escala, siempre desde una lógica colaborativa entre lo público y lo privado.

La Fiesta del Corazón Productivo: un punto de inflexión

Más que un evento, una estrategia de posicionamiento

La Fiesta del Corazón Productivo del País marcó un antes y un después para Marcos Juárez. Si bien no fue la primera edición, sí fue la primera con una apuesta clara al posicionamiento cultural y productivo a nivel provincial y nacional.

“Es la primera en esta apuesta de posicionar a Marcos Juárez desde lo cultural. Y cuando hablamos de lo cultural, hablamos de lo integral que tiene una comunidad”.

Durante tres días, la ciudad mostró su potencia: espectáculos de primer nivel, paseo gastronómico, emprendedores, foro productivo y una masiva participación del público local y regional.

Balance positivo y autocrítica como motor de crecimiento

Desde la organización, el balance es ampliamente favorable. La fiesta logró la declaración provincial en tiempo récord, una logística sólida y un modelo de gestión que permitió cerrar el evento prácticamente sin déficit.

“El modelo de gestión público-privado funciona. Logramos prácticamente dejar en cero un presupuesto para una fiesta”.

Sin embargo, Montechiari subraya la importancia de la autocrítica: ordenar procesos, mejorar vínculos con productores y profesionalizar aún más cada instancia forman parte del aprendizaje de esta primera gran edición.

El foro productivo: sembrar hoy para cosechar a futuro

Uno de los ejes estratégicos de la fiesta fue el foro productivo, concebido como una semilla que recién comienza a germinar. La idea es que deje de ser un complemento y se transforme en un espacio de referencia nacional.

“No me queda ninguna duda que puede ser uno de los mayores foros productivos del interior del país, porque tenemos la gente y la potencia productiva”.

El objetivo es proyectarlo a diez años, con equipos especializados, lenguaje técnico y una agenda que genere oportunidades reales de desarrollo económico.

Una marca que se construye todo el año

Con la declaración por ley que posiciona a Marcos Juárez como Capital del Corazón Productivo del País, la fiesta deja de ser un evento aislado y se convierte en una marca ciudad.

La estrategia apunta a desarrollar actividades durante todo el año: foros temáticos, eventos deportivos, talleres culturales y propuestas gastronómicas que incorporen la identidad del “corazón productivo”.

“La heladería tendrá que hacer el helado del corazoncito. El café, el corazoncito. Ahí está la diferenciación”.

Cultura, deporte y pertenencia

La política cultural también se refleja en eventos consolidados como Verano en el Anfi, las colonias de verano, los talleres culturales y celebraciones populares como el árbol navideño, que ya forman parte del ADN local.

Montechiari remarca que todo proyecto cultural necesita tiempo para que la sociedad lo haga propio:

“Cualquier proceso cultural lleva un tiempo para instalarlo y para que la gente se lo apropie”.

Ese sentido de pertenencia es el que transforma los eventos en tradiciones y garantiza su continuidad.

Proyección nacional y sin techo

La convicción del secretario es clara: la Fiesta del Corazón Productivo no tiene techo. El carácter emprendedor e inconformista del marcojuarense empuja siempre a ir por más y obliga a elevar la vara año tras año.

“Marcos Juárez va a tener una fiesta nacional. Si no es el año próximo, será el siguiente. Pero va a ser esta”.

Con planificación, previsibilidad y una articulación real entre el sector público y privado, la ciudad se prepara para consolidar un producto cultural único, capaz de dinamizar la economía, atraer turismo y proyectar a Marcos Juárez al país y, en el futuro, al mundo.