Mariano Fidelio se prepara para asumir en el Concejo Deliberante en un escenario político complejo

La inminente llegada del abogado Mariano Fidelio al Concejo Deliberante se da en un contexto institucional delicado, atravesado por votaciones ajustadas, tensiones internas y cuestionamientos sobre la transparencia política.

Tras la renuncia de Ros Artayeta, Fidelio asumirá por orden de mérito y lo hará con una definición clara: priorizar el trabajo legislativo por sobre las especulaciones políticas.

Una salida del Ejecutivo marcada por lo político, no por lo personal

Fidelio repasó su salida de la Municipalidad y dejó en claro que no fue en los términos que había imaginado. Su intención inicial era regresar al sector privado para concluir su carrera de abogacía, objetivo que finalmente logró concretar.

Sin embargo, el cierre de su etapa en el Ejecutivo se dio de manera anticipada y con decisiones que, según reconoció, estuvieron atravesadas por factores políticos.

Lejos de alimentar polémicas, el ahora concejal electo eligió correrse del conflicto y enfocarse en su vida personal y profesional. En ese sentido, remarcó que nunca guardó rencor por lo sucedido y que el paso del tiempo permitirá esclarecer los hechos sin necesidad de profundizar enfrentamientos.

“No me mueve ni me va a movilizar nunca el rencor”, sintetizó.

Relación institucional con la intendenta

Consultado por su vínculo actual con la intendenta, Fidelio describió una relación cordial, aunque sin contacto frecuente. Reconoció las exigencias del rol que ocupa la jefa del Ejecutivo y explicó que ambos tomaron caminos distintos tras su salida de la gestión municipal.

El vínculo, según señaló, se mantiene en términos respetuosos y sin conflictos, propio de personas que se conocen y pueden convivir institucionalmente sin tensiones, aun cuando ya no compartan un espacio de trabajo diario.

Un Concejo Deliberante dividido y bajo presión

La llegada de Fidelio se producirá en un Concejo Deliberante que dejó atrás una larga tradición de consensos amplios y hoy exhibe una marcada fragmentación. Empates en las votaciones y definiciones a cargo del presidente del cuerpo marcaron los últimos meses y encendieron el debate sobre el funcionamiento legislativo local.

En ese marco, la expectativa política está puesta en su postura dentro del recinto. Fidelio adelantó que su rol estará centrado en el análisis de los proyectos y en la discusión interna dentro del bloque, entendiendo que ese es el ámbito natural para el debate político.

Su posición busca correrse del clima de confrontación personal para enfocarse en el contenido de las ordenanzas y resoluciones que impactan directamente en la ciudad.

PRO, oficialismo y una identidad política sin negaciones

Fidelio confirmó que se integrará al bloque oficialista en representación del PRO, fuerza que formó parte de la alianza de gobierno. En ese sentido, dejó en claro que responderá políticamente a su partido y a quienes se sienten representados por ese espacio.

Al mismo tiempo, no esquivó su vínculo con el exintendente Pedro Dellarossa, a quien acompañó durante ocho años de gestión. Reconoció que esa experiencia fue formativa y enriquecedora, pero remarcó que su desempeño en el Concejo será estrictamente personal, sin tutelajes ni condicionamientos externos.

“Hoy es una función que la voy a ejercer solo en el Concejo Deliberante”, afirmó.

Gobernabilidad, pero con análisis previo

Uno de los ejes centrales de su discurso fue la necesidad de garantizar gobernabilidad sin renunciar al análisis crítico. Fidelio entiende que el Ejecutivo necesita que determinados proyectos avancen, pero considera indispensable evaluarlos en profundidad antes de acompañarlos.

Para el futuro concejal, la discusión política no debería estar atravesada por alineamientos automáticos ni por la lógica de la confrontación permanente, sino por la utilidad concreta de cada iniciativa para la ciudad.

“Vamos por los proyectos, que es lo importante para la ciudad”, sostuvo.

Una trayectoria clave en la gestión municipal

Durante la entrevista, Fidelio recordó su paso por el Ejecutivo, donde comenzó sin experiencia previa en la función pública y fue asumiendo distintas responsabilidades. Su rol principal estuvo vinculado a las gestiones ante organismos provinciales y nacionales, tarea que desempeñó de manera constante y que le permitió construir vínculos institucionales fuera de la ciudad.

Esa experiencia, según explicó, implicó un ritmo de trabajo intenso y una dedicación plena, muchas veces lejos de la exposición pública, priorizando la gestión por sobre la visibilidad política.

El respaldo familiar y la vuelta a la función pública

El regreso a la política activa fue una decisión consensuada con su familia, a quien considera parte fundamental de cualquier experiencia en la función pública. Fidelio reconoció que el tiempo fuera del Ejecutivo le permitió tomar distancia del clima interno de la gestión y volver con una mirada más equilibrada.

Esa pausa, afirmó, fue clave para reorganizarse profesionalmente y evaluar con mayor claridad el desafío que representa el Concejo Deliberante.

Una nueva etapa, sin revanchas

Finalmente, Fidelio descartó que su ingreso al Concejo pueda interpretarse como una reivindicación personal. Para él, se trata simplemente de una función que le toca asumir en este momento de su vida política y profesional.

Consciente de que cada decisión será observada de cerca, aceptó que el juicio final lo tendrá la ciudadanía, que evaluará su desempeño tanto por su pasado en el Ejecutivo como por su futura labor legislativa.

“La gente después juzgará mi tarea en base a cómo sea mi desempeño”, concluyó.

Mientras se completan los pasos administrativos para su asunción, una pregunta empieza a instalarse en la escena política local: qué postura tomará Mariano Fidelio en un Concejo Deliberante que necesita, más que nunca, acuerdos y previsibilidad.