En cada aniversario, la Escuela Banda José Cesanelli se convierte en motivo de orgullo para toda la ciudad. No es simplemente una fecha en el calendario: es la reafirmación de un proyecto colectivo que desde hace 85 años forma personas a través del arte. Así lo siente Diego del Bosco, quien comenzó su camino en la banda a los 9 años y hoy la dirige con la misma emoción que aquel niño que cargaba un redoblante.

“Tengo 52 años y hace 43 que estoy en la banda. Empecé con el redoblante, y desfilábamos por la calle San Martín. La gente paraba los autos y nos aplaudía. Era extraordinario”, recuerda con emoción.

“En esa época éramos niños, y el respeto de la comunidad nos hacía sentir que lo que hacíamos valía la pena.”

Actualmente, la institución cuenta con unos 150 estudiantes entre niños, adolescentes y adultos, y sostiene su esencia gratuita desde sus inicios. La banda mayor está conformada por 48 músicos estables, y además funciona una minibanda infantil con 20 chicos, todos parte de un proceso que combina formación musical y vínculo humano.

“Estamos muy felices. La institución está sólida, honesta, linda por donde se la mire”, afirma Diego

Destaca además, el esfuerzo de toda la comunidad educativa y el acompañamiento de la gente.

Uno de los proyectos más destacados de los últimos años es el ciclo de café-concerts en el hall de la institución, transformado en un pequeño teatro para público reducido. Allí se presentan propuestas mensuales con repertorios temáticos, desde jazz hasta música latinoamericana, y próximamente, en septiembre, un concierto de música celta al aire libre en el patio del Museo. “Es un desafío artístico y una forma de acercar la banda a todos los públicos”, explica Diego.

Más allá de la formación técnica, lo que distingue a la Banda es el sentido de pertenencia que despierta en quienes pasan por sus aulas.

“El que ingresa a la escuela banda se enamora desde el primer momento, eso se transmite de generación en generación. Quienes fueron alumnos, luego maestros, y así sucesivamente, construyen un legado que no se rompe.”

La Banda Municipal José Cesanelli no solo forma músicos. Forma vínculos, transmite valores, y es un símbolo vivo de lo que puede lograr una comunidad cuando cree en la cultura como herramienta de transformación. Un espacio donde el arte se hereda, se enseña y se celebra.