Ángel "Man" Tassisto: un estilo de vida basado en un profundo amor por el agua

A los 65 años, Ángel Román Tassisto sigue nadando como si el tiempo no pasara. Lo que comenzó como una actividad infantil se convirtió, con el correr de las décadas, en un estilo de vida sostenido por la disciplina, la búsqueda del equilibrio físico y mental, y un profundo amor por el agua. Hoy, es un referente de las competencias de aguas abiertas, tanto en Argentina como en el extranjero.

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Ángel "Man" Tassisto: La resistencia de una vida en el agua

A los 65 años, Ángel Román Tassisto sigue nadando como si el tiempo no pasara. Lo que comenzó como una actividad infantil se convirtió, con el correr de las décadas, en un estilo de vida sostenido por la disciplina, la búsqueda del equilibrio físico y mental, y un profundo amor por el agua. Hoy, es un referente de las competencias de aguas abiertas, tanto en Argentina como en el extranjero.

"Man" ha hecho de la natación no solo una actividad deportiva, sino una forma de interpretar la vida. Su historia, construida a fuerza de brazadas, anécdotas memorables y una rutina constante, merece ser contada.

Un punto de partida que lo marcó para siempre

La historia de Tassisto en la natación comenzó cuando apenas tenía ocho años. Aquella primera competencia nocturna, que recuerda con lujo de detalle, fue también el comienzo de una rutina que atravesó décadas. No se trataba simplemente de ganar, sino de estar en el agua, de encontrar en el nado una fuente de identidad.

El deporte, lejos de ser un complemento en su vida, se convirtió en una columna vertebral. Durante años, alternó entre entrenamientos, competencias y su actividad profesional. Incluso hoy, ya jubilado, sigue nadando con una regularidad admirable, no solo por salud, sino por necesidad emocional.

Natación como estructura de vida

Ángel entrena al menos cuatro veces por semana, durante sesiones que oscilan entre una hora y media y dos horas. La planificación de sus días gira en torno a esas rutinas, que son más que físicas: son también momentos de introspección y autoconocimiento. Según explica, la natación le permite mantener un nivel de exigencia saludable, un orden mental y una conexión con su cuerpo que lo mantienen lúcido, ágil y motivado.

Es claro cuando afirma que nadar le permite "sentirse presente" en su vida diaria. La estructura que le otorga el deporte, combinada con una alimentación cuidada y controles médicos semestrales, se refleja no solo en su estado físico, sino en su lucidez para relatar, con detalle, sus experiencias y aprendizajes acumulados.

Adaptación y constancia: claves para nadar en cualquier parte

Tassisto no solo nada en piscinas, sino también en ríos, lagos, mares y canales. Para él, las condiciones difíciles no son un obstáculo, sino parte del desafío que lo mantiene alerta. A lo largo de los años, ha participado en competencias en Italia, Grecia, Croacia, España y Suiza, entre otros países, enfrentando aguas frías, oleajes intensos y tramos de más de diez kilómetros.

Una de sus experiencias más reveladoras fue la Capri-Nápoles, una travesía de 36 kilómetros que intentó en varias ocasiones. En la primera, no logró completar el recorrido por apenas dos kilómetros y fue retirado por la lancha de seguridad. En otras, comprendió los detalles que marcan la diferencia: la alimentación previa, la hidratación durante la prueba, la aclimatación en el lugar y el manejo mental de la fatiga.

Este tipo de aprendizajes, asegura, solo se adquieren con la experiencia. “Todo tiene un secreto, todo tiene un porqué”, señala. Y ese es, quizás, el mayor valor de su testimonio: la humildad de quien sabe que siempre hay algo más por aprender, incluso después de medio siglo en el deporte.

Viajes, cultura y camaradería

En 2025, su calendario lo llevó a entrenar y competir en el circuito europeo. En Dubrovnik, Croacia, vivió una experiencia singular: junto a un grupo de nadadores de Mar del Plata, alquilaron un catamarán para vivir y entrenar a bordo durante diez días. Allí nadó una prueba de 10 kilómetros sin categorías, compitiendo contra jóvenes de veinte y treinta años, y obteniendo un destacado sexto lugar general.

En Atenas, Grecia, participó de una competencia con formato australiano que combinó resistencia y estrategia. Fue tercera en su categoría y logró ubicarse entre los primeros 50 de 500 nadadores. Más tarde, en la costa de Castellabate (Italia), volvió a destacarse, esta vez quedando segundo en la clasificación general.

Más allá de los resultados, Tassisto valora el componente humano de estas travesías. En cada competencia, construye redes, comparte momentos y experiencias con nadadores de todo el mundo, y analiza cómo diferentes países apoyan a sus atletas. Por ejemplo, le llamó la atención la política italiana de becar a sus deportistas a través de las fuerzas armadas, permitiéndoles entrenar, recibir un sueldo y acceder a una jubilación.

Argentina y los desafíos locales

Su participación en el circuito argentino no es menor. Tiene especial afecto por pruebas como la Santa Fe-Coronda, de 57 kilómetros, donde nadará en equipo en noviembre junto a otros tres atletas. También se prepara para una travesía en aguas frías en Paraná, a fines de agosto, y para volver a los lagos de Bariloche en febrero, donde ya ha completado varias veces pruebas como el Lago Moreno o la Vuelta al Agüemul.

La natación, lejos de ser solo un deporte, se convierte para él en una forma de recorrer el país, conocer personas, cruzar paisajes y medirse consigo mismo. Cada competencia, aunque esté cronometrada y reglada, representa para Tassisto una experiencia única, donde el foco no está únicamente en el resultado, sino en el camino recorrido para llegar a la largada.

Más allá del cuerpo: la salud integral

Uno de los aspectos más destacables de su historia es el abordaje integral que hace de la salud. Trabaja con un inmunólogo desde hace siete años, mantiene una alimentación ordenada y evita medicamentos innecesarios gracias al entrenamiento y al equilibrio físico.

Asegura que el deporte, practicado con constancia, puede prevenir muchas patologías. Y que la conciencia corporal que se adquiere nadando —sin distracciones como música o pantallas— le permite identificar límites, dolores o señales de alerta mucho antes que cualquier estudio médico.

Una filosofía de vida

Lo que Ángel Tassisto transmite no es simplemente una historia de logros deportivos. Es una filosofía de vida sostenida por el compromiso, la curiosidad y el deseo de vivir con plenitud. No romantiza el sacrificio, pero lo asume como parte de la elección. No busca competir con los demás, sino con sus propias marcas. Y no mira la natación como un escape, sino como un modo de estar presente, de mantenerse en eje.

Viaja solo, muchas veces, para competir. Y en esa soledad, encuentra también momentos de introspección, crecimiento personal y aprendizaje. Su historia es, sin lugar a dudas, un ejemplo de que la pasión no tiene fecha de vencimiento y que, si se entrena con conciencia, el cuerpo puede seguir rindiendo mucho más allá de lo que la mayoría imagina.

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