Soledad Branciari es la madre de Mateo Olea Figueroa, quien el año pasado permaneció un tiempo sin trabajo y finalmente a los cuatros días que consiguió un puesto de albañil, perdió la vida en un accidente laboral. Hoy sus padres y seis hermanos, junto a su hija de dos años, se mantienen de pie.

En honor al primer aniversario de su fallecimiento el 10 de agosto, su familia y amigos organizaron una colecta de golosinas para el Día del niño que serán donados al merendero de Jóvenes con Propósito y Dos Corazones. 

Su madre expresó: “Hay que recordarlo de la mejor manera y es con música. La primera cosa más grande de su vida fue y es su hija. Mateo nos dejó un pedacito de él acá con ella. Era una persona sumamente feliz y nos ha dejado una gran esperanza”.

“Su hija tiene las formas de caminar, pararse, de mirar, todo. Para nosotros es Mateo”.

Cuando sucedió lo de Mateo, conocieron el Grupo Renacer, el cual es un grupo de papás que perdieron hijos. Explicó: “El fin de este grupo es seguir este camino y ver la partida de un hijo desde un lugar que no es fácil, pero es el que nos toca. Ayudando al otro estamos aliviando el dolor”.

“Nos enseñaron que todos estamos de paso. Seguramente él no quisiera vernos mal, aunque muchas veces lo estemos. Seguramente todos los hijos serían muy felices de vernos a nosotros hacer algo en nombre de ellos. Por eso decidimos hacer este primer aniversario”, dijo Soledad.

“Yo no soy solo la mamá de Mateo, tengo seis hijos más y ellos no se merecen unos papás que estén muertos en vida. Nosotros tenemos que seguir. El consuelo y la esperanza están, sabemos y estamos convencidos que vamos a volver con él”.

Finalizó: “Uno puede perder muchas cosas en la vida, padres y hermanos, pero solo perder un hijo te hace ver la vida de otra manera”.