Mariana González señaló que se atiende con especialistas. A través de la oncóloga, consiguió un permiso para poder salir en su silla de ruedas. "Cada 15 días si estoy bien de las defensas voy a quimioterapia al Hospital Abel Ayerza. Son enfermedades que hay que seguir porque no se pude detener el tratamiento, además con todos los cuidados necesarios". "Hoy tengo a mi hermana que está pasando el mismo proceso, pero ella se trata en Córdoba, aunque poco más de miedo porque los pacientes oncológicos tenemos las defensas bajas y nos podemos agarrar cualquier bichito", dijo Mariana. Agregó: "Hoy tener que pasar por el proceso de tener a un integrante más de la familia con la enfermedad es doloroso, pero con la fe de que vamos a salir, la vamos a pelear hasta el final. Yo iba semanalmente a quimioterapia, mis defensas bajaron mucho y ahora la Dra Pedraza indicó que sea cada 15 días". Acerca de lo que más extraña en esta cuarentena, resaltó: "La falta de contacto es lo más difícil. Uno no extraña nada material, se extraña el compartir un mate, una charla. Con el grupo de mujeres que armábamos los juguetes no estaremos cociendo, no nos podemos juntar pero seguimos trabajando cada una en su lugar o virtualmente. Como las necesidades son muchas, nos llegan todo tipo de pedidos pero buscamos acercar lo que falta", destacó Mariana. El mensaje a quienes hoy estén atravesando un cáncer: "Nunca dejen de pelear, no dejen de creer, el límite lo pone cada uno. No se puede asegurar curarse o pasarlo lo mejor posible, pero si querer vivir. Es normal sentir miedo, sin ganas enojada con el mundo, pero lo anormal sería no querer vivir". “La vida me ha dado muchas cachetadas pero yo quiero seguir por mi hija, hermanas, mi marido, mis afectos. Hay que aferrarse a la fe en las creencias que cada uno tenga, llénense de amor porque el amor es lo único que salva", concluyó con un mensaje emotivo.