Una institución que volvió a latir

Durante años, el edificio del Club Tiro Federal de Marcos Juárez fue apenas una silueta inmóvil en el paisaje urbano. Un lugar que muchos veían, pero pocos conocían.

Hoy, esa realidad cambió de manera profunda. Bajo la presidencia de Marcelo Lovera, el club no solo recuperó su identidad institucional, sino que se transformó en un espacio activo, abierto y con fuerte presencia social, deportiva y cultural.

“Era una mole que muchas generaciones no sabían que existía. Hoy pasás por el club y la realidad te choca de una manera tan positiva, tan alentadora”, resume Lovera, marcando el contraste entre el pasado reciente y el presente del Tiro Federal.

El primer paso: recuperar la identidad

El proceso de reconstrucción no comenzó con obras visibles, sino con una tarea clave puertas adentro: ordenar la institución. Lovera recuerda que uno de los principales desafíos iniciales fue devolverle al club su marco legal y organizativo.

“Lo primero que tratamos de hacer fue recuperar la identidad del club. Había perdido la personería jurídica y a partir de recuperarla empezamos a trabajar como una verdadera institución”, explica.

Ese paso fue fundamental para acceder a subsidios, planificar obras y volver a posicionar al club como un actor confiable dentro de la comunidad.

Trabajo colectivo y compromiso familiar

Aunque su figura es visible, Lovera insiste en que el crecimiento del club es fruto de un esfuerzo compartido. Su familia, un grupo de colaboradores fieles y vecinos comprometidos forman parte del día a día de la institución.

“El club lo estamos haciendo entre varios. Hay gente que trabaja desde el anonimato y otros que empujan para que yo sea la cara, pero esto es un trabajo colectivo”, destaca.

Ese sentido de pertenencia se refleja también en sus hijos, que crecieron acompañando el proceso y hoy forman parte activa de la vida del club.

Un club en el centro del nuevo desarrollo urbano

El crecimiento del Tiro Federal está íntimamente ligado al desarrollo urbanístico del sector. Lo que antes era un acceso casi intransitable, hoy es una zona en plena expansión, rodeada por barrios nuevos.

“Hoy el club va a quedar en el medio de cuatro barrios. Eso nos hizo entender que teníamos que trabajar fuerte en infraestructura”, señala Lovera.

Ese contexto transformó al club en un punto de referencia cotidiano: vecinos que caminan, chicos que llegan en bicicleta y familias que se acercan a participar de distintas actividades.

Infraestructura: la base del crecimiento

Durante 2025, gran parte del esfuerzo estuvo puesto en obras clave para mejorar las condiciones del predio:

• Finalización y mejora del sistema de riego

• Iluminación completa de la cancha y el predio

• Avance del tapial perimetral para mayor seguridad

• Construcción de un bar-cantina

• Nuevas tribunas para el público

• Mejoras en vestuarios, con agua caliente y mayor comodidad

“Hoy la cancha y el predio tienen luces que permiten desarrollar actividad nocturna. Antes era muy escaso”, afirma.

El crecimiento de la infraestructura también respondió a una realidad concreta: el aumento del público. En pocos años, la asistencia pasó de 40 o 50 personas a picos de casi 200 espectadores por partido.

“La gente se triplicó o cuadruplicó, y nosotros tenemos que brindar comodidad”, remarca.

Un club de puertas abiertas

Más allá de la competencia, Tiro Federal se define como un club inclusivo. Con cuotas accesibles —5 mil pesos la cuota social y 10 mil la deportiva— la idea es que nadie quede afuera.

“Queremos que la gente entienda que el club necesita de todos, pero también entendemos la situación de cada familia”, explica Lovera.

Además del fútbol, el club incorpora propuestas culturales y recreativas, como folklore, y pone a disposición su salón para eventos, una fuente clave de ingresos para sostener el funcionamiento diario.

De rival accesible a protagonista deportivo

En lo deportivo, el crecimiento también es evidente. Tiro Federal dejó de ser “el rival ganable” para convertirse en un equipo competitivo, con varias semifinales en los últimos torneos.

Pero el objetivo va más allá de los resultados:

“Queríamos que los chicos que no jugaban en otros clubes pudieran jugar en Tiro. Hoy la mayoría de los jugadores son de Marcos Juárez”, destaca.

El club ofrece algo fundamental para los jóvenes: minutos en cancha, contención y pertenencia.

Proyectos 2026: mirar hacia el norte

Con las obras principales encaminadas, la mirada ya está puesta en el futuro. El gran desafío para 2026 será recuperar el sector norte del predio y construir una cancha auxiliar, reutilizando incluso las luminarias actuales.

“Ya la tenemos en mente, ya la estamos visualizando”, afirma Lovera, convencido de que el crecimiento debe ser planificado y sustentable.

También hay proyectos para seguir mejorando el salón y los espacios destinados al público.

Más que un club: un espacio de barrio

El impacto del Tiro Federal trasciende lo deportivo. Es un espacio donde los chicos juegan, los vecinos se encuentran y el barrio se reconoce.

“El club es de todos, y el club sin gente no es un club”, resume su presidente.

Ver a los chicos llegar en bicicleta, dejarla en la vereda y ponerse a jugar es, para Lovera, la mejor señal de que el camino elegido es el correcto.

Un desafío que recién empieza

Después de años de silencio, el Tiro Federal volvió a ser parte activa de Marcos Juárez. Con objetivos claros, trabajo constante y una fuerte inserción social, la institución camina hacia el futuro sin olvidar su esencia.

“No nos quedamos con los brazos cruzados. Es un lindo desafío que nos hace bien”, concluye Lovera.