En su reciente visita a Marcos Juárez, el exgobernador Juan Schiaretti dejó una señal política que no pasó inadvertida: el reconocimiento público a Pedro Dellarossa como “el último gran intendente” de la ciudad, acompañado de una frase que encierra más de lo que parece —“paso a paso”— y que muchos interpretan como el anticipo de un posible regreso del dirigente al escenario municipal.

Schiaretti, en un tono que combinó autocrítica y estrategia, reiteró que el espacio que lidera busca consolidarse primero en el plano nacional con un bloque legislativo “de la racionalidad y el sentido común”, y que recién después de esa etapa se abrirá la disputa mayor hacia 2027. Pero en la escala local, el mensaje tuvo otra lectura: Marcos Juárez vuelve a ser un tablero clave, y el exgobernador no esquivó el guiño hacia quien supo ser su principal referente en la zona.

“Si ustedes me preguntan quién fue un buen intendente, obviamente el último gran intendente que tuvo Marcos Juárez fue Pedro Dellarossa”, dijo Schiaretti ante los medios, y aunque aclaró que no ha conversado con él sobre una eventual candidatura, añadió con picardía política: “Si Pedro quiere, sí. Pero hay que preguntarle a Pedro. A lo mejor él también dice lo mismo que yo de Mostaza Merlo: paso a paso.”

Las declaraciones reactivaron especulaciones dentro del peronismo cordobés, donde crece la idea de que el exintendente podría encabezar una propuesta de Provincias Unidas en las elecciones locales del año próximo. Dellarossa mantiene buena imagen en su ciudad y cuenta con una estructura territorial que podría servir de base para reposicionar al schiarettismo en un distrito históricamente competitivo.

En términos políticos, el mensaje de Schiaretti opera en varios planos: muestra orden en la estrategia nacional, preserva las decisiones locales dentro de una lógica gradual y, al mismo tiempo, reintroduce a un actor con peso propio en el mapa electoral provincial.

Aun sin confirmaciones, la mención no fue casual. En un momento en que el peronismo cordobés busca rearmar su músculo territorial tras el cierre de su ciclo en la Gobernación, el regreso de figuras con gestión probada y arraigo local puede ser la llave para recuperar espacios.

Por ahora, Schiaretti insiste en su fórmula preferida: “paso a paso”. Pero el paso dado en Marcos Juárez dejó claro que el tablero ya se está moviendo, y que el nombre de Dellarossa volvió al centro de la conversación política cordobesa.