Quebracho reubicado: Villa Allende trasladó su árbol más emblemático bajo protesta y tensión
Después de semanas de resistencia vecinal, fallos judiciales y obstáculos técnicos, el histórico quebracho blanco de avenida Luchesse fue finalmente trasladado este domingo. La polémica por su viabilidad, el cruce entre desarrollo y ambiente, y una comunidad dividida.

Este domingo por la mañana, tras varios intentos fallidos y protestas continuas, el legendario quebracho blanco de Villa Allende fue reubicado para dar paso a las obras de ampliación de la avenida Padre Luchesse, una de las principales arterias que conecta con Córdoba capital.
El operativo, que demandó el uso de una grúa telescópica, consistió en elevar el árbol a ocho metros, girarlo y trasladarlo 60 metros hasta una fosa especialmente acondicionada.
La escena no fue tranquila: vecinos y ambientalistas que defendieron al árbol con abrazos simbólicos, firmas, caravanas y recursos judiciales volvieron a manifestarse en el lugar. El sábado, incluso, hubo momentos de tensión con presencia policial, luego de que fallara un primer intento de traslado por problemas técnicos en la maquinaria.
Con este movimiento, la Municipalidad busca retomar la obra de duplicación de calzada, iniciada en octubre, que comprende 5,4 kilómetros entre la Ruta E-53 y avenida Argentina.
Sin embargo, la polémica persiste: mientras funcionarios aseguran que el quebracho contará con monitoreo permanente, riego controlado y un plan de cuidados intensivos, especialistas aseguran que el árbol tiene escasas chances de sobrevivir.
La ingeniera agrónoma Ana Ruth Meehan fue categórica: “Ese árbol ya está muerto. El trasplante dañó su sistema radicular y la especie no tolera este tipo de movimientos a esa edad”. Según su diagnóstico, ni el compost especial ni los fertilizantes aplicados garantizarían su recuperación.
Para el secretario de Gobierno, Felipe Crespo, la decisión buscó “preservar el ejemplar sin frenar el progreso”. Afirmó que el árbol será monitoreado con cámaras y seguimiento técnico.
Pero el dilema sigue abierto: ¿se priorizó la obra vial por encima del patrimonio natural y simbólico de la ciudad?
Ahora, con la obra en marcha nuevamente, queda esperar si el quebracho blanco logra adaptarse o se convierte en el símbolo de una pérdida anunciada.