¿Es real o lo hizo una IA? El nuevo dilema de la era digital
Las noticias falsas creadas con inteligencia artificial, como videos manipulados de figuras públicas, desafían nuestra capacidad para distinguir la realidad de la ficción. Expertos llaman a reforzar la detección y la educación para enfrentar esta creciente amenaza digital

La inteligencia artificial generativa está revolucionando la forma en que se produce y consume información, pero también está generando un desafío: distinguir qué contenido es real y cuál fue fabricado por máquinas. En el contexto electoral argentino, esta problemática ya tiene ejemplos concretos que alertan sobre el impacto de la desinformación.
Durante la veda electoral del 17 de mayo, se difundió un video manipulado con IA que mostraba al expresidente Mauricio Macri renunciando al apoyo a la candidata Silvia Lospennato y promoviendo el voto a Manuel Adorni, aliado político de Javier Milei. Este material fue compartido por cuentas libertarias y desmentido oficialmente por el PRO.
Macri declaró: “Un burdo video generado con inteligencia artificial simulaba a mi persona haciendo declaraciones que nunca hice.” La Justicia Electoral intervino, ordenó la eliminación del video y abrió una causa penal por inducir al voto mediante engaños.
El diputado radical Rodrigo De Loredo compartió un video generado con inteligencia artificial que simulaba declaraciones del gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, sobre la situación provincial. Aunque De Loredo aclaró que el video no contenía declaraciones reales, la publicación generó controversia y confusión pública.
El Gobierno de Córdoba desmintió las afirmaciones del video, calificándolas como falsas y de gravedad institucional. De Loredo defendió su difusión como una crítica legítima, lo que abrió un debate sobre el uso responsable de tecnologías de IA en la política y la desinformación.
Las herramientas actuales de IA generan videos, audios y textos con un nivel de realismo que puede engañar incluso a expertos. La rápida difusión en redes sociales amplifica el problema y genera confusión entre los votantes, poniendo en riesgo la confianza en el proceso democrático.
Especialistas en alfabetización digital advierten que las herramientas para detectar contenido generado por IA y las normativas vigentes aún están en desarrollo, mientras la educación mediática se vuelve clave para que la ciudadanía pueda identificar señales de manipulación.
- Comprobar la fuente y buscar confirmación en medios confiables.
- Desconfiar de contenidos virales que no tengan contexto claro.
- Utilizar herramientas de detección de IA disponibles en línea.
- Exigir transparencia a las plataformas que alojan estos contenidos.
La inteligencia artificial, aunque con un enorme potencial positivo, abre un nuevo desafío para la democracia: aprender a distinguir lo real de lo fabricado en un entorno digital saturado de información.