Las tareas realizadas por los voluntarios fueron quemas de bosques nativos y apagar los focos activos. Trabajaron con rastrillos, sopladoras y motosierras, realizando Cortafuegos o Contrafuegos para poder contenerlos. Debieron contener varios cerros porque si llegaban a la cima podría haber ocasionado un incendio descendente y abajo había muchos barrios. Cuando regresaron anoche, el sector quedó contenido, no extinguido. El tiempo estimativo para sofocarlo depende de la temperatura, del viento, si hay nuevos focos o no. El nivel del fuego Daniel Lerda relató la magnitud de las llamas comparadas con las de Capilla del Monte: "Estimo que este incendio fue un poco menor en cantidad o quizás fue mayor pero con menos peligrosidad. Hicimos un ataque indirecto tratando de quemarlo o contenerlo para que no afecte a la población". Vocación por ayudar Por otra parte, Mauricio Massimino contó su experiencia: "Como bombero la esencia es colaborar. El objetivo está más que cumplido, de haber ido y aportado nuestra labor en la Sierras. En esta ocasión trabajamos sobre pie de montaña donde había rastrojo de maíz y sobre montaña muy tupida, empinada, de difícil acceso". Un trabajo difícil Como conclusión, Germán Trigos comparó sus sensaciones con las vividas en Capilla del Monte: "La vez anterior trabajamos sobre un sólo incendio. En esta ocasión había varios focos juntos. Es arduo el trabajo por el hecho de caminar porque hay sectores donde dejamos la camioneta y debemos recorrer kilómetros". "El martes a la mañana cuando fuimos a Carlos Paz tuvimos que subir dos colinas. Pero el fuego avanza rápidamente, lo apagamos hasta cierto punto pero debimos quedarnos esperando haciendo guardia de cenizas porque el viento arroja la mínima chispa y allí se produce otro incendio o un reinicio", finalizó el bombero marcosjuarense.